Se podría usar el material algún día para fabricar miembros artificiales, afirman los investigadores
Traducido del inglés: jueves, 15 de noviembre, 2012
MIÉRCOLES, 14 de noviembre (HealthDay News) -- Los científicos aseguran que han creado una "piel" de plástico sensible al tacto que se puede reparar por sí sola al romperse o cortarse.
La piel sintética incluye un polímero plástico con moléculas capaces de reorganizarse a sí mismas y restaurar la estructura del material tras ser dañado. Se añadieron minúsculas partículas de níquel al polímero para aumentar su resistencia mecánica y su conductividad eléctrica.
El equipo de la Universidad de Stanford evaluó la capacidad de reparación de la piel sintética cortándola por la mitad con un bisturí. Entonces, juntaron las piezas de nuevo, aplicando una leve presión durante unos segundos, y hallaron que el material había recuperado rápidamente el 75 por ciento de su resistencia original y su conductividad. Una media hora después, el material estaba recuperado prácticamente al 100 por ciento.
Incluso tras cortarlo y repararlo en el mismo lugar cincuenta veces, la capacidad original de doblado y estiramiento de la muestra se mantuvo intacta.
"Antes de nuestro trabajo, era muy difícil imaginar que este tipo de material flexible y conductor podría también autorrepararse", señaló en un comunicado de prensa de la universidad Chao Wang, primer coautor de la investigación.
Retorcer o aplicar una presión sobre la piel sintética hace que cambie la distancia entre las partículas de níquel y, a su vez, la facilidad con la que los electrones pueden moverse entre las partículas. Estos cambios en la resistencia eléctrica pueden servir de información sobre la presión y la tensión de la piel.
El material es lo suficientemente sensible como para detectar la presión de un apretón de manos, y puede ser ideal para su uso en miembros artificiales, aseguraron los investigadores. También sugirieron que el revestimiento de aparatos y cables eléctricos con este material podría darles la capacidad de autorrepararse y restablecer la corriente eléctrica sin necesidad de reparaciones caras y difíciles, concretamente en los lugares de difícil acceso como dentro de paredes o en el interior de vehículos.
El estudio aparece en la edición del 11 de noviembre de la revista Nature Neuroscience.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: Stanford University, news release, Nov. 11, 2012
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