Miércoles, 5 de octubre de 2011
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Cuando Daniel Shechtman observó en su microscopio
electrónico una mezcla de aluminio y manganeso fundido que había sido
previamente congelada, encontró algo que no esperaba.
Los átomos del nuevo cristal estaban perfectamente formados en un patrón geométrico que nunca se repetía.
Este descubrimiento, que ocurrió
exactamente el 8 de abril de 1982, lo hizo merecedor este miércoles del
Premio Nobel de Química.
Su trabajo, dijo el jurado, "cambió fundamentalmente la manera en que los químicos conciben la materia sólida".
Sin embargo, pocos podían augurar un futuro tan prometedor para este científico israelí.
Burlas
"Fui ridiculizado, mis colegas me trataron mal y el jefe de mi laboratorio se acercó a mí con una sonrisa condescendiente, puso un libro en mi escritorio y me dijo: ‘Danny, ¿por qué no lees esto y ves que lo que estás diciendo es imposible?'"
Tan inesperado y controvertido fue su hallazgo
–se creía que todos los cristales estaban formados por patrones que se
repetían periódicamente- que le valió en su momento duras críticas, e
incluso la burla de la comunidad científica.
"Fui ridiculizado, mis colegas me trataron mal y
el jefe de mi laboratorio se acercó a mí con una sonrisa
condescendiente, puso un libro en mi escritorio y me dijo: ‘Danny, ¿por
qué no lees esto y ves que lo que estás diciendo es imposible?'".
La reacción inicial de sus colegas no desanimó
al científico. En 1984 logró que una revista especializada publicara su
teoría y, el resto, es historia.
En una entrevista a una radio local, Shechtman reconoció estar muy "emocionado" con este reconocimiento.
Usos prácticos
Los cuasicristales –a los que también se conoce
como sólidos cuasiperiódicos- están conformados, como descubrió
Shechtman, por unidades que no se repiten.
Por su aspecto, muchos los comparan con los mosaicos árabes
Son materiales que se crean en el laboratorio pero también ocurren en la naturaleza.
Una de sus características es que son malos conductores de la electricidad y extremadamente resistentes a la deformación.
Los científicos están investigando el uso de
cuasicristales en productos tan comunes como sartenes, lámparas led y
motores a diesel.
Shechtman recibirá por su descubrimiento US$1,4 millones.
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