lunes, 11 de junio de 2012

Implante cerebral permite a dos personas con parálisis controlar un asistente-robot



Una de las aplicaciones que puede tener la robótica es la de servir de asistentes de personas que sufren algún tipo de dependencia y que, por tanto, requieren de ayuda para realizar ciertas tareas cotidianas o para desplazarse. En este sentido hemos visto cómo se han desarrollado asistentes robot, enfermeros-celadores robóticos que se usan en hospitales de Japón o exoesqueletos que ayudan a andar a personas que sufren algún tipo de parálisis. Uniendo el mundo de la robótica al estudio del cerebro y los implantes biocompatibles, el Instituto del Cerebro y los Sistemas Neuronales de la Universidad Brown de Providence (Rhode Island, Estados Unidos) ha desarrollado con éxito un ensayo clínico con el que han conseguido que dos personas con parálisis puedan guiar, mediante un implante cerebral, un brazo robótico que actúa a modo de asistente.

Los participantes, conocidos bajo los nombres de Bob y Cathy, sufrían lesiones de médula espinal que les habían provocado tetraplegia y la imposibilidad de hablar desde hacía bastante tiempo (Cathy llevaba más de 15 años postrada en una silla de ruedas). El equipo del Doctor John Donoghue del Instituto Brown para las Ciencias de Cerebro de Providence desarrolló en el año 2005 un implante que se conectaba al córtex cerebral mediante 100 electrodos y se utilizó para registrar la actividad neuronal y detectar las señales vinculadas a la “intención de movimiento”.

Tras registrar las señales y procesarlas, el equipo fue capaz de identificar los patrones asociados al movimiento y utilizarlos para controlar un par de brazos robot que podrían utilizarse como asistente de los pacientes para acercarles una taza o mover un objeto pero con la novedad de que estos robots estaban siendo controlados por el propio paciente. Tras varios años de trabajo, el equipo ha presentado sus primeros resultados con gran éxito y han difundido un vídeo en el que podemos ver a Cathy mover los brazos del robot para agarrar una botella y acercarla a sus labios.



El proyecto, llamado BrainGate2, ha llevado más de 7 años de trabajo debido a la complejidad asociada a captar las señales eléctricas del cerebro y decodificarlas en órdenes que permitiesen mover un robot en un entorno tridimensional y, a la vista de los resultados, el equipo está muy satisfecho con el esfuerzo aunque aún no dan el proyecto por cerrado y seguirán trabajando en mejorar el sistema para dotar de mayor precisión y rapidez a los movimientos ejecutados por los robots utilizados (puesto que están utilizando varios tipos de brazos robóticos). Por otro lado, para dotar de mayor flexibilidad al sistema, el equipo de trabajo quiere mejorar también el implante para eliminar los cables que conectan la cabeza del paciente con el sistema, empleando un sistema de comunicación inalámbrica.

BrainGate2 es un proyecto fascinante que brindaría cierta independencia a personas que sufran algún tipo de parálisis, mejorando su calidad de vida.



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