Ofrece soluciones para alimentar a un mundo que se enfrenta a los grandes desafíos climáticos, demográficos, ambientales y económicos
Destacados científicos de 13 países exigen en un documento enérgicas medidas contra la inseguridad alimentaria, y propone respuestas específicas a nivel de políticas al desafío global de alimentar a un mundo que se enfrenta al cambio climático, el crecimiento demográfico, la pobreza, el alza en los precios de los alimentos y la degradación de los ecosistemas. (EurekAlert/T21)
Casi mil millones de personas en todo el mundo sufren desnutrición, mientras que otros millones padecen enfermedades crónicas debido a un consumo excesivo de alimentos. A pesar de que la demanda global por productos agrícolas está aumentando, al igual que los precios de los alimentos, aproximadamente la tercera parte de los alimentos producidos para consumo humano se pierde o desperdicia.
El cambio climático ha traído consigo una mayor frecuencia en la ocurrencia de sequías, inundaciones y brotes de enfermedades, y todos los años se pierden en el mundo 12 millones de hectáreas de tierra cultivable debido a la degradación del suelo. El desmonte y limpieza de tierras para su uso agrícola así como las prácticas ineficientes hacen de la agricultura la principal fuente de gases de efecto invernadero en el planeta.
Con el objetivo de revertir esta alarmante tendencia, una comisión independiente de líderes del mundo de la ciencia provenientes de 13 países publicó hoy un conjunto detallado de recomendaciones a los responsables de la formulación de políticas sobre cómo lograr la seguridad alimentaria de cara al cambio climático. En su informe, la Comisión sobre Agricultura Sostenible y Cambio Climático propone respuestas específicas a nivel de políticas al desafío global de alimentar a un mundo que se enfrenta al cambio climático, el crecimiento demográfico, la pobreza, el alza en los precios de los alimentos y la degradación de los ecosistemas. El informe subraya la existencia de oportunidades específicas en el marco de la Cumbre de la Tierra Río+20, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) y los países que integran el Grupo de los 20 (G20).
La Comisión sobre Agricultura Sostenible y Cambio Climático es una iniciativa del Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria del CGIAR, que cuenta con patrocinio adicional de la Plataforma Global de Donantes para el Desarrollo Rural. La Comisión reúne a importantes expertos en ciencias naturales y sociales que se desempeñan en las áreas de agricultura, clima, alimentación y nutrición, economía y recursos naturales de Australia, Brasil, Bangladesh, China, Etiopía, Francia, Kenia, India, México, Sudáfrica, el Reino Unido, los Estados Unidos y Vietnam, para que identifiquen los cambios de políticas y acciones necesarios para ayudar al mundo a utilizar prácticas agrícolas sostenibles que contribuyan a la seguridad alimentaria y reducción de la pobreza, y que permitan adaptarse al cambio climático y lograr objetivos de mitigación.
"La inseguridad alimentaria y el cambio climático ya están obstaculizando el bienestar humano y el crecimiento económico a través del mundo, y estos problemas tienden a profundizarse", dijo Sir John Beddington, presidente de la Comisión. "Se requieren medidas enérgicas a nivel de políticas si queremos preservar la capacidad del planeta de producir una cantidad adecuada de alimentos en el futuro". El informe fue presentado durante la conferencia 'Planet under Pressure' (Planeta bajo presión), en la cual científicos de todo el mundo trabajan en el diseño de soluciones para los desafíos a la sostenibilidad global sobre los que versará la Cumbre Río, que se celebrará del 20 al 22 de junio en Brasil.
Haciendo de la seguridad alimentaria y la estabilización climática una realidad
La Comisión ha esbozado siete recomendaciones que han sido diseñadas para su ejecución simultánea por parte de varios gobiernos, organismos internacionales, inversionistas, productores agrícolas, consumidores, empresas de alimentos e investigadores. Según la Comisión, son necesarios cambios en las políticas, finanzas, agricultura, ayuda para el desarrollo, opciones de dieta y desperdicio de alimentos, además de revitalizar las inversiones en los sistemas de conocimiento para respaldar dichos cambios.
El profesor Judi Wakhungu, director ejecutivo del Centro Africano para Estudios Tecnológicos (ACTS, sigla en inglés) afirmó: "Como Comisión, nuestro objetivo fue reunir el conjunto de conocimientos científicos y soluciones prácticas que se han ido acumulando a través de recientes informes de evaluación sobre seguridad alimentaria y cambio climático. Juntos, trabajamos cuidadosamente en el diseño de las siete maneras más importantes en las cuales los responsables de la formulación de políticas pueden hacer realidad la seguridad alimentaria global y la estabilización del clima".
Las recomendaciones de la Comisión apuntan a aumentar de forma significativa el nivel de inversiones globales en un sistema sostenible de agricultura y alimentos durante la próxima década; intensificar de forma sostenible la producción agrícola utilizando las tierras disponibles actuales, a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero; y reducir las pérdidas y desperdicios en el sistema de alimentos. "Es necesario darse cuenta de que las fincas agrícolas de todo tamaño en todo el mundo son fundamentales para la nutrición humana y el bienestar económico, pero también se enfrentan a elecciones críticas con implicaciones significativas para la manera en que manejamos el planeta para lograr autonomía a largo plazo", expresó la profesora Molly Jahn, de la Universidad de Wisconsin-Madison, delegada de Estados Unidos.
El cambio climático ha traído consigo una mayor frecuencia en la ocurrencia de sequías, inundaciones y brotes de enfermedades, y todos los años se pierden en el mundo 12 millones de hectáreas de tierra cultivable debido a la degradación del suelo. El desmonte y limpieza de tierras para su uso agrícola así como las prácticas ineficientes hacen de la agricultura la principal fuente de gases de efecto invernadero en el planeta.
Con el objetivo de revertir esta alarmante tendencia, una comisión independiente de líderes del mundo de la ciencia provenientes de 13 países publicó hoy un conjunto detallado de recomendaciones a los responsables de la formulación de políticas sobre cómo lograr la seguridad alimentaria de cara al cambio climático. En su informe, la Comisión sobre Agricultura Sostenible y Cambio Climático propone respuestas específicas a nivel de políticas al desafío global de alimentar a un mundo que se enfrenta al cambio climático, el crecimiento demográfico, la pobreza, el alza en los precios de los alimentos y la degradación de los ecosistemas. El informe subraya la existencia de oportunidades específicas en el marco de la Cumbre de la Tierra Río+20, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) y los países que integran el Grupo de los 20 (G20).
La Comisión sobre Agricultura Sostenible y Cambio Climático es una iniciativa del Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria del CGIAR, que cuenta con patrocinio adicional de la Plataforma Global de Donantes para el Desarrollo Rural. La Comisión reúne a importantes expertos en ciencias naturales y sociales que se desempeñan en las áreas de agricultura, clima, alimentación y nutrición, economía y recursos naturales de Australia, Brasil, Bangladesh, China, Etiopía, Francia, Kenia, India, México, Sudáfrica, el Reino Unido, los Estados Unidos y Vietnam, para que identifiquen los cambios de políticas y acciones necesarios para ayudar al mundo a utilizar prácticas agrícolas sostenibles que contribuyan a la seguridad alimentaria y reducción de la pobreza, y que permitan adaptarse al cambio climático y lograr objetivos de mitigación.
"La inseguridad alimentaria y el cambio climático ya están obstaculizando el bienestar humano y el crecimiento económico a través del mundo, y estos problemas tienden a profundizarse", dijo Sir John Beddington, presidente de la Comisión. "Se requieren medidas enérgicas a nivel de políticas si queremos preservar la capacidad del planeta de producir una cantidad adecuada de alimentos en el futuro". El informe fue presentado durante la conferencia 'Planet under Pressure' (Planeta bajo presión), en la cual científicos de todo el mundo trabajan en el diseño de soluciones para los desafíos a la sostenibilidad global sobre los que versará la Cumbre Río, que se celebrará del 20 al 22 de junio en Brasil.
Haciendo de la seguridad alimentaria y la estabilización climática una realidad
La Comisión ha esbozado siete recomendaciones que han sido diseñadas para su ejecución simultánea por parte de varios gobiernos, organismos internacionales, inversionistas, productores agrícolas, consumidores, empresas de alimentos e investigadores. Según la Comisión, son necesarios cambios en las políticas, finanzas, agricultura, ayuda para el desarrollo, opciones de dieta y desperdicio de alimentos, además de revitalizar las inversiones en los sistemas de conocimiento para respaldar dichos cambios.
El profesor Judi Wakhungu, director ejecutivo del Centro Africano para Estudios Tecnológicos (ACTS, sigla en inglés) afirmó: "Como Comisión, nuestro objetivo fue reunir el conjunto de conocimientos científicos y soluciones prácticas que se han ido acumulando a través de recientes informes de evaluación sobre seguridad alimentaria y cambio climático. Juntos, trabajamos cuidadosamente en el diseño de las siete maneras más importantes en las cuales los responsables de la formulación de políticas pueden hacer realidad la seguridad alimentaria global y la estabilización del clima".
Las recomendaciones de la Comisión apuntan a aumentar de forma significativa el nivel de inversiones globales en un sistema sostenible de agricultura y alimentos durante la próxima década; intensificar de forma sostenible la producción agrícola utilizando las tierras disponibles actuales, a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero; y reducir las pérdidas y desperdicios en el sistema de alimentos. "Es necesario darse cuenta de que las fincas agrícolas de todo tamaño en todo el mundo son fundamentales para la nutrición humana y el bienestar económico, pero también se enfrentan a elecciones críticas con implicaciones significativas para la manera en que manejamos el planeta para lograr autonomía a largo plazo", expresó la profesora Molly Jahn, de la Universidad de Wisconsin-Madison, delegada de Estados Unidos.
Coordinación de ciencia y políticas para el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles
Las prácticas agrícolas alternativas tienen el potencial de producir beneficios en lo relacionado con la adaptación y mitigación del cambio climático, y la Comisión ha instado a la UNFCCC a que establezca un programa de trabajo que aborde estos temas en conjunto a través del Grupo Subsidiario para Asesoramiento Científico y Tecnológico (SBSTA, por sus siglas en inglés). "Sin un programa integrado de trabajo sobre agricultura en el marco del SBSTA, corremos el riesgo de diseñar una política global climática fragmentada", dice el vicepresidente de la Comisión, el Dr. Mohammed Asaduzzaman, director de investigaciones en el Instituto de Estudios de Desarrollo de Bangladesh.
"Los países como Bangladesh tienen una clara necesidad de prácticas agrícolas que se adapten al clima, pero también necesitamos un compromiso global serio para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que incluye al sector agrícola". El aumento en el nivel del mar amenaza a importantes áreas en Bangladesh, país que ya está experimentando importantes tasas de migración debido a factores medioambientales.
El informe de la Comisión hace referencia a pruebas recientes que muestran que acortar la brecha entre el rendimiento real y potencial de 16 de los principales cultivos podría aumentar la productividad en más de 50 por ciento. "Para producir suficiente alimento para nuestra población en rápido crecimiento, se necesita un nivel mucho más alto de inversión para aumentar de forma significativa el rendimiento de los cultivos, ahora y a largo plazo", dijo el delegado Dr. Nguyen Van Bo, presidente de la Academia de Ciencias Agrícolas de Vietnam. "En Vietnam, hemos establecido programas modelo para aumentar la producción y calidad del arroz, mitigar la emisión de gases de efecto invernadero y aumentar los ingresos para los agricultores".
Una de las siete recomendaciones de la Comisión es la intensificación sustentable de la producción agrícola en tierras existentes, a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las actividades agrícolas. "Se han logrado enormes éxitos en la intensificación sustentable de la producción agrícola, pero todavía queda mucho por hacer", afirmó el comisionado Dr. Carlos Nobre, del Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación de Brasil. "Durante los pasados siete años, Brasil ha hecho grandes avances en la reducción de la pobreza sin dejar de proteger sus selvas húmedas, pero si no fomentamos la ciencia y la práctica de una intensificación sostenible, nuestras selvas y nuestras economías agrícolas estarán en riesgo".
En China, se usan casi 400 kilogramos de fertilizantes químicos por cada hectárea de tierra cultivable. "Tenemos una oportunidad y un plan para frenar las emisiones innecesarias de gases de efecto invernadero derivadas de las prácticas agrícolas ineficientes", dijo el comisionado profesor Lin Erda, director del Centro de Investigaciones de Agricultura y Cambio Climático en la Academia China de Ciencias Agrícolas. "Estamos diseñando políticas públicas y asignando fondos a variedades de cultivos que produzcan bajos niveles de emisión de gases y conserven los recursos de tierra, agua y energía".
En México, las actividades agrícolas representan el 77 por ciento del consumo de agua del país, en parte debido a los enormes subsidios al precio del agua y la electricidad utilizadas para tareas de irrigación. "Debemos redirigir los subsidios públicos para promover prácticas agrícolas sostenibles desde el punto de vista económico y medioambiental y que conserven los recursos naturales finitos", dijo el comisionado Dr. Adrián Fernández, de la Universidad Autónoma Metropolitana de México.
Las prácticas agrícolas alternativas tienen el potencial de producir beneficios en lo relacionado con la adaptación y mitigación del cambio climático, y la Comisión ha instado a la UNFCCC a que establezca un programa de trabajo que aborde estos temas en conjunto a través del Grupo Subsidiario para Asesoramiento Científico y Tecnológico (SBSTA, por sus siglas en inglés). "Sin un programa integrado de trabajo sobre agricultura en el marco del SBSTA, corremos el riesgo de diseñar una política global climática fragmentada", dice el vicepresidente de la Comisión, el Dr. Mohammed Asaduzzaman, director de investigaciones en el Instituto de Estudios de Desarrollo de Bangladesh.
"Los países como Bangladesh tienen una clara necesidad de prácticas agrícolas que se adapten al clima, pero también necesitamos un compromiso global serio para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que incluye al sector agrícola". El aumento en el nivel del mar amenaza a importantes áreas en Bangladesh, país que ya está experimentando importantes tasas de migración debido a factores medioambientales.
El informe de la Comisión hace referencia a pruebas recientes que muestran que acortar la brecha entre el rendimiento real y potencial de 16 de los principales cultivos podría aumentar la productividad en más de 50 por ciento. "Para producir suficiente alimento para nuestra población en rápido crecimiento, se necesita un nivel mucho más alto de inversión para aumentar de forma significativa el rendimiento de los cultivos, ahora y a largo plazo", dijo el delegado Dr. Nguyen Van Bo, presidente de la Academia de Ciencias Agrícolas de Vietnam. "En Vietnam, hemos establecido programas modelo para aumentar la producción y calidad del arroz, mitigar la emisión de gases de efecto invernadero y aumentar los ingresos para los agricultores".
Una de las siete recomendaciones de la Comisión es la intensificación sustentable de la producción agrícola en tierras existentes, a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las actividades agrícolas. "Se han logrado enormes éxitos en la intensificación sustentable de la producción agrícola, pero todavía queda mucho por hacer", afirmó el comisionado Dr. Carlos Nobre, del Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación de Brasil. "Durante los pasados siete años, Brasil ha hecho grandes avances en la reducción de la pobreza sin dejar de proteger sus selvas húmedas, pero si no fomentamos la ciencia y la práctica de una intensificación sostenible, nuestras selvas y nuestras economías agrícolas estarán en riesgo".
En China, se usan casi 400 kilogramos de fertilizantes químicos por cada hectárea de tierra cultivable. "Tenemos una oportunidad y un plan para frenar las emisiones innecesarias de gases de efecto invernadero derivadas de las prácticas agrícolas ineficientes", dijo el comisionado profesor Lin Erda, director del Centro de Investigaciones de Agricultura y Cambio Climático en la Academia China de Ciencias Agrícolas. "Estamos diseñando políticas públicas y asignando fondos a variedades de cultivos que produzcan bajos niveles de emisión de gases y conserven los recursos de tierra, agua y energía".
En México, las actividades agrícolas representan el 77 por ciento del consumo de agua del país, en parte debido a los enormes subsidios al precio del agua y la electricidad utilizadas para tareas de irrigación. "Debemos redirigir los subsidios públicos para promover prácticas agrícolas sostenibles desde el punto de vista económico y medioambiental y que conserven los recursos naturales finitos", dijo el comisionado Dr. Adrián Fernández, de la Universidad Autónoma Metropolitana de México.
Propuestas de Acción de la Comisión
1. Integrar la seguridad alimentaria y las prácticas sostenibles de agricultura en las políticas nacionales y globales
2. Aumentar significativamente durante la próxima década el nivel de inversión global destinada a prácticas de agricultura y sistemas alimentarios sostenibles
3. Intensificar de manera sostenible la producción agrícola, a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y otros impactos medioambientales negativos derivados de la agricultura
4. Concentrarse en las comunidades y sectores más vulnerables al cambio climático y la inseguridad alimentaria.
5. Rediseñar los patrones de acceso y consumo de alimentos, a efectos de garantizar la satisfacción de las necesidades nutricionales básicas, y fomentar hábitos de alimentación saludables y sostenibles en todo el mundo.
6. Reducir las pérdidas y desperdicio en los sistemas alimentarios, especialmente los que se derivan de aspectos de infraestructura, prácticas agrícolas, tareas de procesamiento y distribución y hábitos domésticos.
7. Generar sistemas de información incluyentes, compartidos e integrados que tomen en cuenta las dimensiones humana y ecológica. [
1. Integrar la seguridad alimentaria y las prácticas sostenibles de agricultura en las políticas nacionales y globales
2. Aumentar significativamente durante la próxima década el nivel de inversión global destinada a prácticas de agricultura y sistemas alimentarios sostenibles
3. Intensificar de manera sostenible la producción agrícola, a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y otros impactos medioambientales negativos derivados de la agricultura
4. Concentrarse en las comunidades y sectores más vulnerables al cambio climático y la inseguridad alimentaria.
5. Rediseñar los patrones de acceso y consumo de alimentos, a efectos de garantizar la satisfacción de las necesidades nutricionales básicas, y fomentar hábitos de alimentación saludables y sostenibles en todo el mundo.
6. Reducir las pérdidas y desperdicio en los sistemas alimentarios, especialmente los que se derivan de aspectos de infraestructura, prácticas agrícolas, tareas de procesamiento y distribución y hábitos domésticos.
7. Generar sistemas de información incluyentes, compartidos e integrados que tomen en cuenta las dimensiones humana y ecológica. [
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Un enfoque integral hacia un nuevo diseño de los sistemas alimentarios
Además de abordar la agricultura, las recomendaciones de la Comisión reconocen explícitamente el "aspecto de la demanda" de la inseguridad alimentaria. "Si no comenzamos a utilizar las herramientas que tenemos a nuestra disposición para fomentar hábitos de alimentación que sean saludables para las personas y el planeta, tendremos que resignarnos a enfrentar cada vez más casos de enfermedades vinculadas con la alimentación", advierte la comisionada Dra. Marion Guillou, presidenta del Instituto Nacional de Investigación Agrícola (INRA) de Francia.
La Comisión también destaca la necesidad de políticas y programas especialmente diseñados para apoyar a las comunidades más vulnerables. "Se ha demostrado que facultar a los pequeños productores agrícolas para que inviertan en la capacidad productiva de sus tierras genera resiliencia económica y medioambiental", informa el comisionado profesor Tekalign Mamo, ministro de estado y asesor del Ministerio de Agricultura de Etiopía. "Debemos construir sobre lo que hemos aprendido ampliando dichos programas; si no lo hacemos, las comunidades seguirán siendo vulnerables a entrar en un espiral descendente de pérdida de productividad, pobreza e inseguridad alimentaria".
"En la India, leyes recientes han demostrado que los programas de mitigación de la pobreza también pueden incluir objetivos de sostenibilidad medioambiental", afirma la comisionada de la India, Dra. Rita Sharma, secretaria de la Comisión Nacional Asesora de la India. "La Ley Mahatma Gandhi de Garantía Nacional de Trabajo Rural de 2006 ayuda a los agricultores del entorno rural y sus familias a enfrentarse a los riesgos, a la vez que permite desarrollar resiliencia con respecto al cambio climático, y mitigarlo, a través de proyectos de recarga de aguas subterráneas, mejoras en la fertilidad del suelo y aumento de la biomasa".
La Comisión también subraya la necesidad de generar mejores datos y sustentar las decisiones de los encargados de la administración de suelos y diseño de políticas. "Una producción de alimentos sensata y sostenible exige que mejoremos nuestro nivel de conocimiento sobre los recursos hídricos, de suelo, energía, meteorología, emisiones, producción agrícola y selvas, y que entendamos cómo esos elementos operan juntos como un solo sistema", dijo la comisionada de Australia, Dra. Megan Clark, directora general de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO, sigla en inglés). "En Australia, investigadores, productores agrícolas y administradores de datos trabajan juntos para generar una capacidad integral para hacer frente a las consecuencias inevitables de nuestras decisiones".
Acción decisiva para garantizar la existencia de un espacio seguro para las generaciones presentes y futuras
El informe de la Comisión presenta una cruda imagen de los desafíos que hay por delante, y destaca la necesidad de aumentar significativamente el nivel de inversión global en sistemas sostenibles de agricultura y producción de alimentos durante la próxima década. Por ejemplo, el informe recalca la importancia de atender con mayor urgencia los compromisos asumidos por el G8 en la ciudad de L'Aquilla, en 2009, de aportar la cifra de 20 mil millones de dólares estadounidenses para el desarrollo del sector agrícola en países pobres e incluir programas de seguridad alimentaria y agricultura sostenible en el financiamiento del programa "Fast Start" de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, en inglés). Sin embargo, también brinda ejemplos de progresos significativos, y hace referencia a importantes inversiones, tales como el Fondo de Adaptación del Protocolo de Kyoto, y el proyecto agrícola climáticamente inteligente en Malawi, Vietnam y Zambia, patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Comisión Europea.
El informe hace alusión a oportunidades que existen en toda la cadena de suministro de alimentos para proteger al medioambiente. "Numerosos líderes del sector público y privado ya están dando pasos para superar los obstáculos técnicos, sociales, financieros y políticos para lograr un sistema alimentario sostenible", dice el Dr. Bruce Campbell, director del Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria del CGIAR, que convocó a la Comisión en febrero de 2011. "El trabajo de la Comisión define las tareas y responsables para llevar estos esfuerzos iniciales al siguiente nivel".
El informe insta a seguir avanzando en la ejecución de los acuerdos alcanzados por el G20 en 2011, lo que incluye el diseño de estrategias de respuesta rápida y seguros para proteger a las comunidades en extrema pobreza ante el aumento en los precios de los alimentos o las malas cosechas, y mejorar la transparencia del mercado mediante una nueva base de datos de actividades agrícolas y energía. En la Cumbre de la Tierra Río+20, los delegados instan a los gobiernos a realizar compromisos financieros destinados a iniciativas regionales de investigación, ejecución, desarrollo de capacidades y estrategias de control para mejorar los sistemas agrícolas y alimentarios. El informe también hace referencia a acuerdos de tipo global, tales como los tratados de comercio de la Organización Mundial del Comercio, y otras iniciativas, como el Grupo de Trabajo de Alto Nivel de las Naciones Unidas para la Crisis Global de Seguridad Alimentaria; asimismo, destaca el rol fundamental de los productores agrícolas y las agro-empresas.
La Comisión ha creado un video animado que muestra por qué y cómo la humanidad debe transformar la forma en que se producen, distribuyen y consumen los alimentos de cara a los cambios en el clima, la población mundial, los hábitos de alimentación y el medioambiente. "Para operar dentro de un 'espacio seguro' para la gente y el planeta, es necesario que alcancemos un equilibrio entre la cantidad de comida que producimos, cuánto consumimos y desperdiciamos y cuánto contribuye la agricultura a acelerar el cambio climático", explica el profesor de la Comisión Sudafricana Bob Scholes, de la Comisión de Investigación Científica e Industrial (CSIR, sigla en inglés). La Comisión presenta el video que describe la intersección de estos límites en la Conferencia "Planet under Pressure"
Además de abordar la agricultura, las recomendaciones de la Comisión reconocen explícitamente el "aspecto de la demanda" de la inseguridad alimentaria. "Si no comenzamos a utilizar las herramientas que tenemos a nuestra disposición para fomentar hábitos de alimentación que sean saludables para las personas y el planeta, tendremos que resignarnos a enfrentar cada vez más casos de enfermedades vinculadas con la alimentación", advierte la comisionada Dra. Marion Guillou, presidenta del Instituto Nacional de Investigación Agrícola (INRA) de Francia.
La Comisión también destaca la necesidad de políticas y programas especialmente diseñados para apoyar a las comunidades más vulnerables. "Se ha demostrado que facultar a los pequeños productores agrícolas para que inviertan en la capacidad productiva de sus tierras genera resiliencia económica y medioambiental", informa el comisionado profesor Tekalign Mamo, ministro de estado y asesor del Ministerio de Agricultura de Etiopía. "Debemos construir sobre lo que hemos aprendido ampliando dichos programas; si no lo hacemos, las comunidades seguirán siendo vulnerables a entrar en un espiral descendente de pérdida de productividad, pobreza e inseguridad alimentaria".
"En la India, leyes recientes han demostrado que los programas de mitigación de la pobreza también pueden incluir objetivos de sostenibilidad medioambiental", afirma la comisionada de la India, Dra. Rita Sharma, secretaria de la Comisión Nacional Asesora de la India. "La Ley Mahatma Gandhi de Garantía Nacional de Trabajo Rural de 2006 ayuda a los agricultores del entorno rural y sus familias a enfrentarse a los riesgos, a la vez que permite desarrollar resiliencia con respecto al cambio climático, y mitigarlo, a través de proyectos de recarga de aguas subterráneas, mejoras en la fertilidad del suelo y aumento de la biomasa".
La Comisión también subraya la necesidad de generar mejores datos y sustentar las decisiones de los encargados de la administración de suelos y diseño de políticas. "Una producción de alimentos sensata y sostenible exige que mejoremos nuestro nivel de conocimiento sobre los recursos hídricos, de suelo, energía, meteorología, emisiones, producción agrícola y selvas, y que entendamos cómo esos elementos operan juntos como un solo sistema", dijo la comisionada de Australia, Dra. Megan Clark, directora general de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO, sigla en inglés). "En Australia, investigadores, productores agrícolas y administradores de datos trabajan juntos para generar una capacidad integral para hacer frente a las consecuencias inevitables de nuestras decisiones".
Acción decisiva para garantizar la existencia de un espacio seguro para las generaciones presentes y futuras
El informe de la Comisión presenta una cruda imagen de los desafíos que hay por delante, y destaca la necesidad de aumentar significativamente el nivel de inversión global en sistemas sostenibles de agricultura y producción de alimentos durante la próxima década. Por ejemplo, el informe recalca la importancia de atender con mayor urgencia los compromisos asumidos por el G8 en la ciudad de L'Aquilla, en 2009, de aportar la cifra de 20 mil millones de dólares estadounidenses para el desarrollo del sector agrícola en países pobres e incluir programas de seguridad alimentaria y agricultura sostenible en el financiamiento del programa "Fast Start" de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, en inglés). Sin embargo, también brinda ejemplos de progresos significativos, y hace referencia a importantes inversiones, tales como el Fondo de Adaptación del Protocolo de Kyoto, y el proyecto agrícola climáticamente inteligente en Malawi, Vietnam y Zambia, patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Comisión Europea.
El informe hace alusión a oportunidades que existen en toda la cadena de suministro de alimentos para proteger al medioambiente. "Numerosos líderes del sector público y privado ya están dando pasos para superar los obstáculos técnicos, sociales, financieros y políticos para lograr un sistema alimentario sostenible", dice el Dr. Bruce Campbell, director del Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria del CGIAR, que convocó a la Comisión en febrero de 2011. "El trabajo de la Comisión define las tareas y responsables para llevar estos esfuerzos iniciales al siguiente nivel".
El informe insta a seguir avanzando en la ejecución de los acuerdos alcanzados por el G20 en 2011, lo que incluye el diseño de estrategias de respuesta rápida y seguros para proteger a las comunidades en extrema pobreza ante el aumento en los precios de los alimentos o las malas cosechas, y mejorar la transparencia del mercado mediante una nueva base de datos de actividades agrícolas y energía. En la Cumbre de la Tierra Río+20, los delegados instan a los gobiernos a realizar compromisos financieros destinados a iniciativas regionales de investigación, ejecución, desarrollo de capacidades y estrategias de control para mejorar los sistemas agrícolas y alimentarios. El informe también hace referencia a acuerdos de tipo global, tales como los tratados de comercio de la Organización Mundial del Comercio, y otras iniciativas, como el Grupo de Trabajo de Alto Nivel de las Naciones Unidas para la Crisis Global de Seguridad Alimentaria; asimismo, destaca el rol fundamental de los productores agrícolas y las agro-empresas.
La Comisión ha creado un video animado que muestra por qué y cómo la humanidad debe transformar la forma en que se producen, distribuyen y consumen los alimentos de cara a los cambios en el clima, la población mundial, los hábitos de alimentación y el medioambiente. "Para operar dentro de un 'espacio seguro' para la gente y el planeta, es necesario que alcancemos un equilibrio entre la cantidad de comida que producimos, cuánto consumimos y desperdiciamos y cuánto contribuye la agricultura a acelerar el cambio climático", explica el profesor de la Comisión Sudafricana Bob Scholes, de la Comisión de Investigación Científica e Industrial (CSIR, sigla en inglés). La Comisión presenta el video que describe la intersección de estos límites en la Conferencia "Planet under Pressure"
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