Desde hace varios años las compañías tecnológicas de diversos sectores han invertido millones de dólares en desarrollo para definir nuevas formas de interactuar con el usuario, siendo uno de los puntos más investigados las superficies táctiles. Mientras la mayoría de los fabricantes han adoptado sistemas costosos, un investigador ha logrado crear uno llamado Mogees por menos de 10 dólares usando cualquier micrófono.
Bruno Zamborlin, doctorado en arte y tecnología informática, ha estado trabajando en una forma de combinar gestos para la generación natural de rítmos musicales. Así fue que desarrolló un software capaz de interpretar las vibraciones que llegan a un micrófono, leyendo su distancia y el tipo de gesto, que luego son traducidas en una salida sonora específica. El sistema se puede aplicar a cualquier tipo de superficie. El video muestra como puede funcionar sobre vidrio, árboles y hasta sobre un globo inflado.
El creador declara en su página web haber apuntado a la creación de sonidos que respondan a principios de la física, simulándolos de acuerdo a lo que el usuario haga sobre la superficie y logrando así un efecto realista de amplitud que se aleja de una simple botonera de ruidos pregrabados.
Este tipo de soluciones vienen siendo desarrolladas desde hace tiempo. Uno de los casos más conocidos es el del proyecto Tai-Chi (Tangible Acoustic Interfaces for Computer-Human Interaction) comandado por un equipo de investigadores, financiados por la Unión Europea, que en 2006 lograron determinar de manera bastante precisa dónde pulsa el usuario en una superficie mediante el uso de sensores acústicos.
Por otro lado, en 2010 escuchábamos hablar de los primeros intentos por volver accesible esta tecnología usando la huella acústica de los celulares. La invención llamada TouchDevice utilizaría el micrófono presente en cada teléfono móvil para tomar comandos del usuario. La promesa, que tiene principios similares a la de Zamborlin, fue realizada por la empresa Input Dynamics aunque todavía no se ha visto en el mercado.
Encontramos todo el tiempo avances en superficies táctiles, sólo resta ver si la huella acústica que el usuario deja en su vida puede ser el camino a seguir, transformándose en un input de información preciso y a bajo costo.
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